El consistorio, en una prueba piloto, va a sustituir las tapas de 25 de sus contenedores grises para evitar el contacto con las manos y hacerlos más accesibles
La nueva normalidad y las medidas sanitarias a raíz de la pandemia de la COVID-19 han hecho que cada vez más evitemos el contacto con los objetos cotidianos. Uno de estos son los diferentes contenedores de residuos. A largo de los próximos días, se incorporarán en Mislata las primeras 25 unidades de las nuevas tapas para los contenedores grises, los destinados residuos de resto. La idea es aprovechar las fechas navideñas para someter a prueba este novedoso sistema de tapa “sin contacto” y que redundará en una mejora en la accesibilidad de los contenedores al no tenerse que tocar la tapa con las manos.
El alcalde de la localidad, Carlos Fernández Bielsa, junto a Mercedes Caballero, responsable de la concejalía de Medio Ambiente y Urbanismo, han acompañando al director de Nemasa, Fernando Díaz, en la presentación de estas nuevas tapas “sin contacto” para los contenedores. Para Bielsa “cambiar el tipo de tapa del contenedor nos permite dos cosas. Por un lado, dejar de tocar la tapa con las manos siendo más sencillo depositar la basura. Y por otro, al readaptar únicamente las tapas, nos permite reutilizar los contenedores que ya tenemos Mislata, los hacemos más accesibles y además ahorramos el gasto de tener que comprar unos nuevos”.
El nuevo sistema va en línea con el principio de mejora continua que rigen tanto en la empresa municipal Nemasa, responsable del servicio de recogida de basuras en el municipio, como en la concejalía de Medio Ambiente, del cual depende ésta, tanto por la vertiente de accesibilidad como por el componente de higiene, que tiene un gran protagonismo en la lucha contra la COVID-19.
Las 25 primeras unidades se ubicarán en baterías de contenedores ya existentes repartidas por todo el municipio, y la idea, es que, si el nuevo sistema tiene unos niveles adecuados de aceptación entre la ciudadanía, se vayan incrementando paulatinamente entre el resto de las baterías de contenedores grises y los marrones de restos orgánicos, algo que redundará en un incremento de la tasa de reciclaje en Mislata.